¿Absorber lo que es útil y soltar lo inútil?
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Un antiguo aforismo al que WAMAI otorga gran certeza anima a “absorber lo que es útil y descartar lo que es inútil”, pero todo cambio a menudo se hace por el mero hecho de variar algo, de darle un toque personal.
Para poder absorber lo que es “útil”, es preciso primero conocer lo que es “inútil”. Y para descartar lo que no es útil, se necesita primero la investigación y el entendimiento de que es verdaderamente útil.
Un joven profesor, durante su aprendizaje en el Japón trabajaba determinadas técnicas que practicaba cada día y que creía que no eran muy importantes y que estaban sobrevaloradas. Aunque no entendía el significado de estas técnicas, las continuó enseñando a sus alumnos tal y como él las aprendió en Japón años antes. Pasado el tiempo, comenzó a entender el significado de estas técnicas y pudo comprobar cómo sus alumnos progresaban notoriamente gracias a estas mismas técnicas, con lo que aprendió a tener fe en los consejos y sabiduría de mis profesores.
Conocer lo que es Tradición, para entender lo que es romper con ellas.
Es muy popular en el mundo de las artes marciales que WAMAI trata de difundir, romper con la tradición, pero hay primero que conocer qué significa “tradición”. En artes marciales, generalmente pensamos en algo tradicional como una técnica que está formalizada o que está fuera de época. Como resultado romper con la tradición significa modificar estas técnicas para darles un validez o hacerlas más eficientes o modernas.
Una pequeña lección de historia debería ayudarnos en este punto para entender el profundo significado de tradición en Artes marciales.
En los primeros años del Japón, cuando el emperador y su corte imperial estaban en el poder, cultura y aprendizaje fueron introducidos a través de China y Corea. Más tarde la clase guerrera tomó el poder y se introdujo el sistema feudal, la elite guerrera intentó suplir el hueco dejado por los aristócratas y se hicieron sus estudiantes con el fin de ganar prestigio y cultura aprendiendo artes y letras. Como estudiantes de los aristócratas, los guerreros feudales japoneses fueron evolucionando dentro del aprendizaje y fueron iniciados en altos aspectos del arte y de las letras.
Este manera de funcionar fue también utilizada por maestros de artes marciales en años posteriores, los cuales aceptaban estudiantes con la esperanza de que uno de ellos podría desarrollar el talento suficiente como para estar preparado para llevar el arte del maestro.
El maestro del té, un cerezo y artes marciales.
Hay un famoso acontecimiento en la ceremonia del té que ilustra este punto perfectamente. Sen no Rikyu, el famoso maestro de Té, cogió a sus dos hijos para aprender la ceremonia del té. Un de los hijos construyó un precioso jardín para la ceremonia del té estrictamente como el padre le había enseñado e invitó a su padre a admirar el nuevo jardín. El padre echó una mirada alrededor y frunció el ceño. El hijo quedó extrañado porque todo estaba en orden como esperaba que estuviese. Pero de repente mirando alrededor lo entendió. Corrió al cerezo más próximo y agitó las hojas haciendo que sus delicadas hojas cayeran al suelo. Su padre sonrió, reconociendo la maestría de su hijo.
Podría decirse que el hijo “rompió con la tradición”, permitiendo a las flores del cerezo esparcirse por el suelo, pero no es el caso. El hijo finalmente interpretó que la llave de la tradición de la ceremonia del té de su padre es la creación de la belleza. Por ello, no tenía nada que ver con la técnica, el maestro no estaba tan interesado en lo bien que el alumno había aprendido la técnica como en lo bien que él había aprendido la verdadera esencia del arte en sí.
Intentando cambiar o adaptar las técnicas tradicionales de las artes marciales, nosotros vemos la técnica como el fin de la técnica en ellas mismas.
Formalizar las técnicas ayuda a preservar la “enseñanza interna” mediante la cual el estudiante descubre y absorbe si él está preparado para un profundo análisis y entendimiento. En el caso de las artes marciales, lo usual es no como variamos las técnicas tanto como cambiamos nosotros por medio del entendimiento de la técnica.
Cuando rompemos con la tradición, nos ponemos en peligro de romper con el arte en sí. Esta cuestión requiere examen profundo de reflexión por parte de cada artista marcial.
Realizando cambios al antojo en las técnicas, rompemos la flecha que nuestros profesores nos dieron para alcanzar el camino de la maestría.